CICATRICES
Las cicatrices pueden ser producidas por diversos procesos patológicos (acné, varicela, úlceras cutáneas de diversa localización), traumatismos (con o sin pérdida de tejidos), quemaduras o bien, secuelas post quirúrgicas.
Pueden estar ubicadas en cualquier parte del cuerpo, y presentar coloración, texturas y formas variadas.
Dependiendo de estas características, se identificará el tipo de cicatriz y el procedimiento quirúrgico adecuado para su tratamiento.

Aunque ninguna cicatriz puede ser eliminada totalmente, el cirujano plástico puede mejorar la apariencia de la cicatriz, haciéndola menos visible mediante la infiltración de determinadas substancias o llevando adelante determinadas prácticas quirúrgicas.
Los queloides son cicatrices extensas en tamaño, que crecen más allá de los límites de la incisión o herida. Presentan coloración rojiza y contrastan notablemente con el color de la piel que las circunda. Los queloides se forman cuando el cuerpo continúa produciendo colágeno, una vez curada la herida.
Si, por ello es que se utilizan tratamientos combinados para reducir las posibilidades de la reaparición de las cicatrices queloides. Es así como se conjuga la remoción de la cicatriz con la infiltración de esteroides, la aplicación directa de esteroides durante la cirugía y otras medidas complementarias. De todas formas este no es un tratamiento definitivo, sino que tal vez requiera llevarlo adelante repetidas veces.
Las quemaduras y otras heridas que impliquen importantes perdidas de piel, pueden formar una cicatriz que genere tensión en sus bordes circundantes y una contracción. La contractura resultante, puede afectar los músculos adyacentes y tendones, restringiendo el movimiento normal de las articulaciones.
La corrección de una contractura o brida, generalmente conlleva reseccionar la cicatriz y colocar un injerto de piel o un colgajo. En algunos casos, se utiliza una técnica denominada Z-plastia. Otras técnicas, utilizan la expansión tisular, para la obtención de más tejido y mejora de la contractura. Si la contractura es crónica, puede necesitar fisioterapia después de la cirugía, para restaurar la función.
A causa de su localización, las cicatrices de la cara son frecuentemente consideradas problemas estéticos, sean o no hipertróficas. Existen muchos procedimientos para que una cicatriz facial sea menos notable. La técnica más usada es la resección y sutura de la misma.
Si la cicatriz asienta perpendicular a los pliegues naturales de la piel (o líneas de relajación) es posible reposicionar la cicatriz, de forma tal que discurra paralela a estas líneas, donde será menos evidente.
Algunas cicatrices faciales pueden ser disminuidas en apariencia, aplicando diversos tratamientos. Algunos de ellos se refieren a la aplicación de láser, dermoabrasión y Z-plastias. Cada caso debe ser evaluado particularmente.